viernes, 30 de noviembre de 2007

domingo, 25 de noviembre de 2007

jueves, 22 de noviembre de 2007

Crímenes horrendos. La nueva moda del crimen

Dice el periódico que van 4 carbonizados en los últimos cuatro días y 24 en lo que va del año.
Esto nos habla de la libertad con la que actúa la delincuencia. Obviamente esto no podría ser sin la cooperación de las instituciones.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

domingo, 18 de noviembre de 2007

ENCOBIJADO (Un clásico de la metáfora del crimen local)


Es más interesante aún la mezcla de todo esto de la muerte y la violencia en la ciudad con el símbolo femenino. Me suena a cartel publicitario. Tomando, como punto de fuga, lo que la mujer es en Culiacán. El símbolo turístico que representa.
¿Quienes son los beneficiados "indirectos" del crimen organizado o de la cultura de violencia?
Así rápido, se me vienen a la mente: agencias de carros, periódicos, la industria del alcohol, la policía o los policías en particular, tiendas de ropa, de motos, de joyas, de relojes, agencias de viajes, ferias, cine, teléfonos, florerías, etc.
No se, que forma de querernos hacer pendejos nosotros, a nosotros mismos.
Vas a un banco y tienes que justificar porqué depositas trescientos mil pesos, y llegas a una agencia de carros y puedes comprar cinco camionetas del año que viene, sin justificar absolutamente nada. (A mi no me la pegan, aquí hay gato encerrado).
A fin de cuentas todo va a terminar en ser, lo que se está siendo. Es decir, si caminamos hacia la derecha no vamos a llegar a ningún lugar que esté a nuestra izquierda. Al menos que le demos la vuelta al planeta... O que todo reviente.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Hoy me topé con un ángel disfrazado de todos mis prejuicios.


Hoy me topé con un ángel disfrazado de todos mis prejuicios.
Cegado, arremetí contra todo. Me adelanté en el tiempo y viví uno de mis más endiablados días.
La noche anterior la pasé en las quintas, a una cuadra del bulevar Sinaloa. El stop derecho de mi carro amaneció reventado. Alguno de esos culichis, dije dentro de mí.
En lo que me subía al carro, con mi AK47 mejor conocido como cuerno de chivo, arremetí contra todas esas camionetas que se pasan los altos, deshice con toda mi furia cada uno de los carros estacionados en doble fila y mandé encobijar a todo aquel que fuese manejando una hummer. Es decir, a Presunto López, a Sicario Martinez y a Malandro Jimenez los desaparecí de la faz de la tierra.
Al encender mi carro me di cuenta que había una nota en el parabrisas. Era Leopoldo, el ángel: amablemente pedía una disculpa y dejaba su teléfono para reparar los daños.

Callado a balazos


lunes, 5 de noviembre de 2007