The M.M. es el homo creatus mexicanus, ese ente que existe en todos los grupos sociales que se forman en este país, que con un alambre, un pedazo de papel y un chicle, soluciona cualquier problema técnico que se presente. Enciende las fogatas en los campamentos, conecta la luz cuando a la vecina se la suspenden por falta de pago y sabe chuparle, sin tragar gasolina, al bote cuando el carro se queda tirado. Literalmente, es aquel al que no se le atora nada.
En 1990 me tocó estar estudiando en los E.U. cuando el mundial de fútbol. Recuerdo que todos los periódicos y revistas que llegaron a la biblioteca de la universidad mencionaban con singular curiosidad el hecho de que Jorge Campos1 arreglara con un simple nudo, la portería que se averió en uno de los partidos . El entonces guardameta e ídolo de la selección mexicana de fútbol, echó unos nudos, tomó el balón y puso en juego la pelota. Entonces suena el silbato del arbitro, se detiene el partido y entra a la cancha todo un equipo de ingenieros en porterías.
Los maestros y compañeros de otras partes del mundo mencionaron este hecho hasta convertirlo en tema de clase. Ingrediente final para que los mexicanos de ese verano nos convirtiéramos en los chicos populares del curso.
1.- Jorge Campos era un portero que también jugaba como delantero. Había ocasiones en que un tiempo lo jugaba en una posición y el otro en otra. O que salía estando como portero con la pelota a jugar hasta la otra portería. Esto lo hacía especial. Muy mexicano.
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